San Vicente Pallotti-Fundador

SAN VICENTE PALLOTTI

Fundador de la Unión del Apostolado Católico


 

Vicente Pallotti nace el 21 de abril de 1795 en Roma, hijo de Pedro Pablo y Magdalena De Rossi, que fueron quienes lo guiaron en su camino espiritual. Fue ordenado sacerdote el 16 de mayo de 1818, viviendo un apostolado múltiple e intenso por lo que llegó a relacionarse tanto con eclesiásticos como con laicos activamente comprometidos en mantener viva la fe cristiana en el pueblo de Roma.

Y es esta presencia en todos los frentes de la pastoral lo que lo impulsa a propender por la colaboración de los eclesiásticos, los religiosos y los laicos. Buscando siempre el progreso continuo, cada día, hacia la infinita santidad de Dios. En palabras de Él mismo: “Dios, santidad por esencia, con su misma santidad infinita… destruye toda mi maldad. Y destruido todo mi ser, permanece en mí, Dios santidad infinita, inmensa, eterna, incomprensible” (OOCC X, 459).

Inicia la celebración del Octavario de la Epifanía al verlo como testimonio de la unidad y de la universalidad de la Iglesia, preocupándose principalmente por la Gloria de Dios y la Salvación de los hombres.

Muere el 22 de enero de 1850 en Roma, en SS. Salvatore in Onda, es proclamado beato por el papa Pío XII el 22 de enero de 1950 y finalmente canonizado por el papa Juan XXIII el 20 de enero de 1963, quien diría: “San Vicente Pallotti es una de las más eminentes figuras de actividad apostólica del siglo XIX… No se contentó con el ministerio ordinario. Ideó nuevos medios para hacer conocer y amar a Dios” (ACTA SAC V, 367).


ESPIRITUALIDAD


 

Madre del Divino AmorDios le concede a San Vicente Pallotti una experiencia intensa de su amor infinito y de su infinita misericordia, y es allí donde él encuentra el principio sobre el cual basar su diversa actividad apostólica. Según Vicente Pallotti, el motor más profundo del actuar divino es el amor infinito, por tanto, el hombre creado a imagen y semejanza de Dios encuentra el sentido de su vida sólo cuando permanece en el constante ejercicio del amor hacia el y hacia los hermanos.

Para Vicente Pallotti el amor es, pues, el motivo que empuja a quienquiera que se disponga a colaborar en el apostolado tomando como ejemplo la vida de Jesucristo en la tierra, la cual sólo es fruto de su amor al Padre y de su amor redentor por los hombres. El seguimiento de Jesús y la participación en su misión de salvar a los hombres son inseparables. Todos, en cuanto llamados a su seguimiento, tienen también un deber apostólico (cfr. OOCC III, 142).

Toma también Vicente Pallotti a María, Reina de los Apóstoles como el modelo a seguir en su obra, ya que ella es, “después de Jesucristo, el modelo más perfecto del verdadero celo apostólico y de la perfecta caridad, ya que ella se dedicó tanto a las obras para la mayor gloria de Dios y de la salvación de las almas que… superó en el mérito a los Apóstoles” (OOCC I, 7).


LA OBRA DE VICENTE PALLOTTI

Unión del Apostolado Católico


 

San Vicente Pallotti es capaz de leer la voluntad de Dios en los signos de los tiempos y como respuesta a las necesidades de la Iglesia de su tiempo nace la Obra del Apostolado Católico, como respuesta a la inspiración del 9 de enero de 1835 y como anticipación a una obra en la cual todos los bautizados participan en la misión de la Iglesia, y así lo expresó al decir: “El Apostolado Católico, esto es, universal, como puede ser común a toda clase de personas, es el hacer cuanto cada uno puede y debe hacer para la mayor gloria de Dios y para la salvación eterna, propia y de los demás” (OOCC III, 143).

Y es así como nace oficialmente la Unión del Apostolado Católico el 4 de abril de 1835 con la bendición del Cardenal Vicario de Roma, Carlo Odescalchi (cfr. OOCC IV, 1-3). Obteniendo el 11 de julio del mismo año la aprobación del Pontífice Gregorio XVI (cfr. OOCC IV, 8-9). Para finalmente el 25 de marzo de 1838 ser erigida en la diócesis de Roma como asociación con personalidad jurídica pública (cfr. OOCC IV, 24-26), y existía en la Iglesia universal constituida como una Unión, compuesta por Comunidades e individuos, reconocida por la Santa Sede (Ley SAC, Roma 1980, nn. 1, 4, 202- 205; Constituciones, Roma 1980, n. 6 c; Unsere Lebensform, Roma 1985, nn. 6-7, 179 c, 202, 223).

Viviendo aún el Fundador, la Unión del Apostolado Católico tiene un desarrollo constante, aunque agitado. La multiplicidad de los miembros de la Unión lleva a Vicente Pallotti a pensar en diversas formas de pertenencia y diversas estructuras de organización (cfr. OOCC I y II). Con su Unión, el fundador no buscaba crear nuevas instituciones en la Iglesia sino sobre todo vivificar aquellas existentes para que fuese más eficaz su apostolado (cfr. OOCC III, 1-3), sirviendo, donde sea posible, con incansable amor, trabajando junto a los demás y promoviendo la unidad. Según Pallotti, la unidad de la Unión se funda sobre el compromiso de vivir el amor y el celo apostólico, por eso su vínculo era antes que nada la caridad recíproca, acompañada de un mínimo de organización.

Hoy la Unión del Apostolado Católico conserva básicamente la misma fisonomía y permanece abierta a todos los miembros del Pueblo de Dios. Reúne en todo el mundo a los que se inspiran en los ideales apostólicos del Fundador: los miembros de los institutos fundados por San Vicente Pallotti o surgidos sucesivamente en tiempos diversos y un amplio número de fieles laicos comprometidos individualmente u organizados en grupos o comunidades. Todos forman una sola familia espiritual, unida por el mismo espíritu, y se dedican a responder juntos a los desafíos modernos del apostolado universal.

El 28 de octubre de 2003 la Unión del Apostolado Católico ha recibido del Pontificio Consejo para los Laicos la forma institucional de “asociación pública internacional” (Informativo del Pontificio Consejo para los Laicos 8/2003, 13). Para realizar plenamente la visión original de San Vicente Pallotti y, mantenerla actual, la Unión del Apostolado Católico se compromete a vivir el Estatuto General. Así quiere favorecer la unidad de toda la fundación palotina y revelar su expresión profética.

San Vicente Pallotti es capaz de leer la voluntad de Dios en los signos de los tiempos y como respuesta a las necesidades de la Iglesia de su tiempo nace la Obra del Apostolado Católico, como respuesta a la inspiración del 9 de enero de 1835 y como anticipación a una obra en la cual todos los bautizados participan en la misión de la Iglesia, y así lo expresó al decir: “El Apostolado Católico, esto es, universal, como puede ser común a toda clase de personas, es el hacer cuanto cada uno puede y debe hacer para la mayor gloria de Dios y para la salvación eterna, propia y de los demás” (OOCC III, 143).

Y es así como nace oficialmente la Unión del Apostolado Católico el 4 de abril de 1835 con la bendición del Cardenal Vicario de Roma, Carlo Odescalchi (cfr. OOCC IV, 1-3). Obteniendo el 11 de julio del mismo año la aprobación del Pontífice Gregorio XVI (cfr. OOCC IV, 8-9). Para finalmente el 25 de marzo de 1838 ser erigida en la diócesis de Roma como asociación con personalidad jurídica pública (cfr. OOCC IV, 24-26), y existía en la Iglesia universal constituida como una Unión, compuesta por Comunidades e individuos, reconocida por la Santa Sede (Ley SAC, Roma 1980, nn. 1, 4, 202- 205; Constituciones, Roma 1980, n. 6 c; Unsere Lebensform, Roma 1985, nn. 6-7, 179 c, 202, 223).

Viviendo aún el Fundador, la Unión del Apostolado Católico tiene un desarrollo constante, aunque agitado. La multiplicidad de los miembros de la Unión lleva a Vicente Pallotti a pensar en diversas formas de pertenencia y diversas estructuras de organización (cfr. OOCC I y II). Con su Unión, el fundador no buscaba crear nuevas instituciones en la Iglesia sino sobre todo vivificar aquellas existentes para que fuese más eficaz su apostolado (cfr. OOCC III, 1-3), sirviendo, donde sea posible, con incansable amor, trabajando junto a los demás y promoviendo la unidad. Según Pallotti, la unidad de la Unión se funda sobre el compromiso de vivir el amor y el celo apostólico, por eso su vínculo era antes que nada la caridad recíproca, acompañada de un mínimo de organización.

Hoy la Unión del Apostolado Católico conserva básicamente la misma fisonomía y permanece abierta a todos los miembros del Pueblo de Dios. Reúne en todo el mundo a los que se inspiran en los ideales apostólicos del Fundador: los miembros de los institutos fundados por San Vicente Pallotti o surgidos sucesivamente en tiempos diversos y un amplio número de fieles laicos comprometidos individualmente u organizados en grupos o comunidades. Todos forman una sola familia espiritual, unida por el mismo espíritu, y se dedican a responder juntos a los desafíos modernos del apostolado universal.

El 28 de octubre de 2003 la Unión del Apostolado Católico ha recibido del Pontificio Consejo para los Laicos la forma institucional de “asociación pública internacional” (Informativo del Pontificio Consejo para los Laicos 8/2003, 13). Para realizar plenamente la visión original de San Vicente Pallotti y, mantenerla actual, la Unión del Apostolado Católico se compromete a vivir el Estatuto General. Así quiere favorecer la unidad de toda la fundación palotina y revelar su expresión profética.

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